Parte 2 La búsqueda de la felicidad
La segunda etapa de estar solo es cómo pensamos y percibimos el mundo . Debemos renunciar al concepto de que tenemos que estar felices todo el tiempo. Este objetivo, aunque agradable, es poco realista e innecesario. Es hora de liberarnos del concepto de “búsqueda de la felicidad”, es hora de dejarse llevar y volver a aprender metas de vida más prácticas y realistas.
La verdad es que la vida es difícil a veces, y correr constantemente tras la felicidad no siempre es nuestra mejor opción.
«¿Esperar? ¿No entiendo?» ¿Este rabino nos está diciendo que vivamos una vida difícil e infeliz?”
No, pero nos está diciendo que vivamos una vida realista.
Rodeados de la constante búsqueda de la felicidad, es comprensible que lo primero que queramos hacer sea ayudar a alguien que está pasando por un momento dificil. Queremos volver a verlos felices.
En cambio, démosles un abrazo y digamos que estoamos aquí para ellos, incluso si es difícil.
¿Nuestros antepasados perseguían la felicidad?
Cerca del final de su vida, Yaakov el patriarca, se encuentra con el faraón egipcio. Faraón le pregunta a Yaakov, “¿cuántos años tienes, y cómo fue tu vida?” Yaakov responde que vivió una vida corta y mala. ¿Se está arrepintiendo Yaakov de su vida? Definitivamente no. Yaakov construyó una nación y creó una dinastía que influyó al mundo, pero aún tuvo una vida dura y, a veces, difícil. Necesitamos entender que eso también está bien. La humanidad se forjó a partir de la dificultad. La dificultad no siempre equivale a la infelicidad, y la falta de dificultad no siempre equivale a la felicidad. A veces, durante tiempos difíciles, aprendemos nuestras lecciones de vida más valiosas. Entonces, ¿deberíamos renunciar a estas lecciones en la búsqueda de la felicidad?
La tradición judía pone mucho énfasis en Simjá (felicidad). ¿Simjá realmente significa felicidad?
Según la Mishná en Avot: “¿Quién es una persona rica? Aquella que está contenta con su parte”. ” Es posible ser feliz incluso cuando las cosas son difíciles. En la tradición judía, se nos pide que seamos agradecidos por lo que tenemos. Estar satisfecho tanto con las cosas buenas como con las difíciles.
Mientras estés solo, tómate el tiempo para observar tus dificultades. Estas dificultades no son toda tu vida, así como momentos de alegría. Si aceptamos tanto la dificultad como la alegría, seremos “felices con nuestra parte”.
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Crédito de la foto: Luis Fernández
